Dogecoin (DOGE) es un activo digital que tiene código abierto y que proviene de una bifurcación (hard fork) del código de Litecoin (LTC). Como sugiere el nombre, se basa en gran medida en el meme Doge que arrasó en Internet en 2013. La imagen original muestra a un perro de la raza Shiba Inu. Dogecoin nace en Oregón (EE.UU.) originariamente como una broma. Su fundador, Billy Markus, pensó que algo más alegre que el originario Bitcoin (BTC) tendría mayor aceptación. Tras su lanzamiento, Dogecoin se extendió rápidamente por las redes sociales. En unos meses, alcanzó una capitalización de mercado de varios millones de dólares.
En relación a su tecnología, Dogecoin es muy similar a Bitcoin, ya que usa una cadena de bloques, donde los bloques se agregan a través de “prueba de trabajo” (PoW). Los participantes de la red instalan software de código abierto en sus máquinas para que puedan actuar como nodos completos. El sistema está descentralizado porque no hay ningún administrador que lo controle. Los usuarios se envían información directamente entre sí y se basan en técnicas criptográficas para saber si sus compañeros están actuando con honestidad. Es decir, exactamente como funciona Bitcoin.
Si nos centramos en sus diferencias vemos que son pocas:
- Mientras que Bitcoin tiene un número máximo de monedas de emisión (21 millones que se alcanzarían entre 2030 y 2040 dependiendo de su demanda). Dogecoin, no tiene límite de emisión, lo que la convierte en una moneda inflacionaria.
- Dogecoin es una red más rápida ya que requiere solo 60 segundos para realizar sus transacciones, a diferencia de los 10 minutos que necesita el bitcoin o los 2,5 minutos del Litecoin.
Pero mientras grandes empresas como Tesla, PayPal, MasterCard, Visa, entre muchas otras, ya están considerando al bitcoin como un método de pago, haciéndolo así útil. En el caso de Dogecoin (más allá de los memes y tweets ambiguos de Elon Musk sobre llevar Dogecoin a la Luna) consideramos que no hay claridad suficiente sobre si mantendrá su posición dominante en el tiempo. Esto implicaría que invertir en este activo de manera individual, tiene un nivel de riesgo muy superior. Creemos que sus movimientos están basados en especulaciones sobre las declaraciones que lo nombran, más que en su calidad tecnológica o posibles usos en la economía real.